Identidad, la historia detrás de las tarjetas.

Hace una año nos sentábamos Pilar (@Piluro) y yo, en un lugar cerca del Retiro. Como siempre, charlamos de todo, de todo...pero en un momento dijimos: A ver! por donde empezamos?, y soltamos muchas palabras, colores, ideas, formas, preguntas, muchas preguntas.

Se trataba de ser capaces de mostrar en una tarjeta, mi trabajo, mis sueños, mis más secretos anhelos, mis muchos caminos, mis aprendizajes, ser capaces de meter un mundo real en un pedazo de papel, que a su vez sea un cuento, un cuadro, una obra de arte, que tenga alma, .... bueno era pedir mucho. Era, embarcarnos en algo hermoso.

Y ahí empezamos, yo a bucear más y más profundo en mi ser, en la esencia de mi trabajo, en lo que hago y Pilar a crear mi "identidad".

Yo sentía que mi identidad era algo cambiante, vivo, algo que fluye, que se adapta, y eso hacía que me conecte con las muchas facetas de mi vida, con las muchas ramas del árbol que soy y así iban y venían mails, charlas, fotos, vimos miles de posibilidades, Pilar bocetaba, dibujaba, enloquecía de ilusión, creaba sin parar.

Algo siempre era constante la tierra, la naturaleza, las plantas, los animales, lo simbólico, lo que no se ve, todo eso estaba ahí, latiendo, y sonaba como un tambor en mi corazón.

Ya llevábamos más de medio año trabajando juntas, y fue un día al abrir uno de mis libros guía, "Mujeres que corren con los lobos", que supe que quería, porque entre las páginas apareció una de las muchas hojas y flores disecadas que he ido recolectando a lo largo de mi vida.

Desde muy pequeña, cuando mis amigas de la escuela primaria viajaban desde mi ciudad de Azul, en Argentina a Europa, yo les pedía que me trajeran flores de los países que visitaban y llenaba libretas con las flores u hojas, las pegaba y ponía el nombre de la ciudad al lado, sabiendo y anhelando poder ir yo también algún día, era mi manera de viajar entonces. Nunca dejé de hacerlo, mis libros están llenos de muchas historias, ahora vivo en Madrid y pude viajar y conocer las ciudades de aquellas flores, en esas flores estaba, sin duda, la esencia de esas tierras.

Con una sensación de haber descubierto algo maravilloso, la llamé a Pilar y le dije, ya está, ya se´y le conté y volvió a enloquecer y ahí comenzó algo más maravilloso todavía, hicimos pruebas y más pruebas , como traspasarlas al papel, como mantener esa esencia, como mostrar su identidad, hojas de diferentes árboles, de diferentes lugares. Salimos a recolectar, a mirar árboles, flores, hicimos un viaje a Portugal, con el fin de conectar con la naturaleza y trabajar, fue ahi donde un helecho rozó mi mano y supe que se estaba conectando por algo más sutil, había magia. Más adelante fui al parque del Oeste en busca del un Ginkgo Biloba, el árbol que soportó la bomba de Hiroshima, considerado un árbol sagrado para los Japoneses, y sentí una paz infinita debajo de su sombra. Esas dos hojas son las que hoy están en mis tarjetas, hay muchas más, cada una en su momento saldrá a contar su historia, en ellas está la vida, el color y la armonía de lo natural y lo simple.

Los dos pilares en los que se basa mi vida.

De Pilar puedo decir muchas cosas, pero una, es la que para mí gana sobre las otras: tiene ese toque de locura, de Alicia en el País de las Maravillas, ese toque de locura que también tengo yo, ese toque de magia, sin la cual la vida no es tan maravillosa, no es verdad Alicia?, Pilar se inunda de pasión, y entra en el juego sin restricciones, con muy pocas reglas, las justas para poder entrar y salir por la puerta.

El Calotipo ha sido la imprenta elegida y les agradezco sus consejos, su fineza y el respeto a uno de los oficios más hermosos que existen, ponen el alma en cada trabajo y eso, se ve y se siente.

He llorado al recibirlas, (y si...) me parecen de una belleza inmensa, en ellas la naturaleza vive, como dentro de mí.

Namastē.

Pilar Franco Borrell. www.aypilar.com/ana-chanfreau-visual-identity/

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