Salto Cuántico
Hoy he despertado, y he visto con otros ojos, he visto las posibilidades delante de mí, he observado lo vasto, lo profundo, lo concreto, lo terreno, el pasto, la montaña, los árboles, y he observado lo invisible, lo posible, lo que era inexistente en un primer momento.
Ha sido entrar en mi Sādhana, en mi práctica y entonces…
He sentido al viento queriendo empujar mi materia, mis pies aferrándose a la piedra, marcando las huellas de mi existencia invisible, mis brazos abriéndose al cielo en un mudra infinito, mi respiración conectándose con la brisa del mar y la montaña, la niebla entretejiendo mi pelo, he sentido cada micro-partícula, cada gota de agua de mar y de lluvia condensada en mi piel, entrando suave y directa por cada poro.
He sentido mi sangre nutrirse y conectarse con ese universo que siento cuando dejo que mi consciencia me guíe por los ríos de ondas que gravitan en el cosmos de lo mínimo y de lo máximo, donde Prakriti –materia- y Purusha –espíritu- se unen, se entrelazan, se aman, se separan y se vuelven a unir en una espiral de posibilidades, de vacuidad, de silencio.
Trascender, es viajar estando en un mismo lugar, es saltar al vacío, es sentir hasta rodearte de estrellas, es poder conectar con las posibilidades de una realidad irreal, es abandonarte sin miedo hasta el final o hasta el principio, que es lo mismo.
Rodearte de la certeza de que nada se pierde, nada desaparece, todo existe desde siempre, desde hoy, desde mañana, este mundo que vemos lo hemos creado con los ojos de hoy, quizás mañana sea otro mundo el que veamos cuando atravesemos otro velo de consciencia.