Vivir plenamente.

Parece que Septiembre es el mes de muchos comienzos, renovadas después de nuestras vacaciones, nos re-encontramos con aquellas intenciones que pusimos al principio de año, de todo lo que queríamos hacer en este 2018, quizás en la primera mitad del año, nos quedaron en el tintero algunas cosillas como por ejemplo el item: CUIDARME.

Si este es tu caso, aquí tienes septiembre para sembrar una nueva semilla, la del cuidado y el mimo.

Sólo depende de nosotras/os tomar esa decisión, hacernos el espacio, el tiempo, todo lo demás son excusas que nos vamos poniendo, porque es verdad que siempre aparecen obstáculos, urgencias, dinero, reuniones, seres necesitados de nuestra ayuda, hijos, maridos, esposas, jefas y jefes, expedientes, estrenos, exigencias que no siempre son de carácter urgente.

Nuestro cuerpo, nuestro cerebro y ni que hablar de nuestro espíritu necesitan de ese tiempo de PARAR, para SER, y es ahí donde podemos ubicar nuestra práctica de Yoga, en un espacio para SER, un momento de encuentro con nuestro cuerpo, nuestra respiración, un momento para cerrar los ojos y sentarnos en silencio, en medio de la ajetreada vida laboral, en medio de las miles de responsabilidades diarias que asumimos.

Creo que asumir este compromiso con nosotras/os mismas nos ayuda a querernos un poco más, porque sabemos que estamos dedicándonos un tiempo precioso, y estamos cuidándonos con el amor que muchas veces pedimos que venga de afuera nuestro y nosotras/os no somos capaces de concedernos.

Que cada encuentro sea una experiencia de encuentro, de amistad, de confianza, de charla y silencio.

Que la práctica sea el alimento, para el cuerpo y el alma.

A por nuestras vidas, a vivir a pleno cada instante.

NAMASTĒ